lunes, 11 de abril de 2011

La poesía de José de Espronceda (1808-1842)


Manifestó un pesimismo ante la vida y un escepticismo ante su explicación cristiana. Fue militante liberal. Tuvo una formación neoclásica pero en el exilio conoce las novedades románticas que desarrollará plenamente a partir de 1834. Teresa Mancha, su gran amor, será también una gran inspiración. Cultiva la poesía lírica y la narrativa:

1) Poesía lírica.

Comienza con composiciones de estructura y rasgos neoclásicos como el Himno al sol. A partir de las Canciones (el pirata, el mendigo, el reo de muerte, el verdugo) ofrece composiciones plenamente románticas, con personajes marginales. Es la madurez del autor. Destaca el Canto a Teresa, de dolorido intimismo. Otros temas serán la juventud perdida o los cantos políticos.

2) Poesía narrativa: los poemas mayores.

De influencia aún neoclásica será el poema épico El Pelayo.

  • El estudiante de Salamanca: cuento fantástico en verso de gran variedad métrica. El héroe, Félix de Montemar tiene atributos de donjuanismo y titanismo. Un argumento y ambientación típicamente románticos.
  • El diablo mundo: parábola o alegoría del vivir humano. La vida es vacío y muerte, el amor es engaño. La sociedad choca con el individuo libre y adánico. Tradición, misterio, muerte por amor y fondo filosófico, ha tenido gran trascendencia posterior. Incluye el Canto a Teresa.

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